(Historias de un hada es un proyecto conjunto de cuentos que giran en torno a un personaje principal, Ivell, un hada del bosque. Estos cuentos son escritos por Javier Cid, e ilustrados por Mar [autora de este blog]. Este cuento, el septimo de la saga, inaugura la segunda temporada de esta colección. La primera colección la encontrareis íntegra en Javi nos cuenta)
Ocurrió una vez que el hada Ivell estaba paseando por un jardín cercano al bosque de las hadas cuando vio a un grupo de jóvenes que se mofaban de un pobre ciego. Le ponían obstáculos delante para que tropezara y cayera al suelo, se reían de él, le empujaban, le quitaban el bastón…
El hombre suplicaba que lo dejaran en paz, pero los jóvenes no le hicieron caso, pero llegado determinado momento, los chicos se marcharon, y el hombre quedó tendido en el suelo. Ivell se acercó:
- ¿Está usted bien? – le preguntó.
- ¿Quién eres? No te he oído llegar. ¿O es que estabas ya con esos bándalos? –dijo el hombre.
- No, no estaba con ellos, pero lo he visto todo. Me llamo Ivell – respondió el hada.
- Esos pilluelos vienen todos los días a molestarme, pero no puedo hacer nada por defenderme – dijo el hombre con pena.
Ivell decidió contarle lo ocurrido a Fhäl, capitán de la guardia de Fadamagas, pero éste le dijo que no podía hacer nada, que sólo eran travesuras, y que no podía emplear la fuerza de la guardia para una situación así. Aunque por un lado sintió rabia Ivell en su interior, por otro lado comprendía la postura de Fhäl, sabía que la guardia no podía inmiscuirse en un asunto como aquel que, en sí, no representaba ningún tipo de delito.
Visto lo visto, decidió recurrir a la única persona que sabía que podía ayudarle en algo así: Casiel. De modo que fue a verlo. Solía encontrarlo en las cercanías del palacio del rey Bonsol, pues Casiel formaba parte de la guardia del rey, además de pertenecer al Consejo de Fadamagas.
Cuando le contó lo sucedido, Casiel se quedó con gesto serio, pensativo. Lo cierto es que coincidía con Fhäl con respecto a que eran travesuras y que no podía emplear su poder como guardia para involucrarse en un asunto así, pero, por otro lado, tampoco le permitía su conciencia quedarse de brazos cruzados. Miró al hada, sus ojos tenían un brillo especial, y en su cara se dibujó una sonrisa que contenía una pizca de malicia.
Casiel le expuso su idea a Ivell, y ella no pudo evitar una pequeña sonrisa de complicidad, la idea le encantó. “Entonces mañana nos veremos allí, iré a contárselo a los otros”, dijo la bella hada.
Al día siguiente, como parece ser que sucedía todos los días, los jóvenes se acercaron al lugar por el que solía pasear su “indefensa víctima”. Ahí lo encontraron paseando, con su bastón para tantear el terreno. Los chicos se acercaron, y el hombre comenzó a temblar cuando los escuchó llegar.
- ¡Otra vez vosotros! – exclamó.
- Si en el fondo te gusta “vernos” – dijo uno de ellos, y el resto se echaron a reir. Eran cuatro jóvenes en total.
En aquel momento, Casiel se acercó a los chicos por detrás. Éstos se giraron y lo vieron acercarse. Casiel se detuvo a escasos metros de ellos. Y se quedó mirándolos fijamente. Los cuatro jóvenes se echaron a reír.
- ¿Quién eres tú, el héroe que viene a socorrer al indefenso? – preguntó uno de ellos mientras el resto lo miraban con desprecio. Casiel no contesto, en su lugar, desenfundó su espada.
- Nosotros también vamos armados – dijo uno. Todos desenvainaron una espada corta- Lárgate de aquí, o te cortaremos en rodajas – amenazó el que parecía ser el líder del grupo.
- ¿Cómo vais a hacerlo si no podéis verme? – preguntó Casiel.
Los cuatro jóvenes se miraron entre ellos sorprendidos, pues no entendieron el significado de esa pregunta, pero pronto lo descubrieron, pues, en el mismo momento en que Casiel terminó de formular la pregunta, Ivell hizo un encantamiento y los cuatro jóvenes quedaron ciegos de repente.
- ¡Hey… ¡ ¿que pasa aquí? – exclamaron asustados. Entonces Casiel envaino la espada, y en su lugar sacó un pequeño látigo que portaba siempre. Les dio pequeños latigazos en las piernas.
- ¡Eso es trampa! No podemos verte – protestó uno de ellos.
- ¡No me digas! – dijo entonces con sarcasmo el verdadero ciego.
- Vale, está bien. Para ya. Nos iremos – dijo uno de los chicos.
- Ah, no. No va a ser tan fácil, me temo – dijo Casiel con malicia.
Unos fuertes golpes comenzaron a escuchar, el suelo temblaba. “¿Qué pasa ahora?”, preguntaban asustados. Era Granthys, que se quedó detrás de ellos. Cuando parecía que los chicos se habían fiado que había terminado ahí la cosa, Granthys rugió con todas sus fuerzas, y los jóvenes echaron a correr despavoridos. Granthys echó a correr tras ellos. Los chicos gritaban y gritaban de terror.
Granthys se paró de repente, y los chicos continuaron corriendo, y como ya no notaban al gigante corriendo tras ellos, decidieron probar a esconderse tras un árbol grande contra el que habían chocado. “Aquí estaremos a salvo”, dijo uno de ellos. No sabían que justo detrás de ellos los observaba con detalle un niño. Era Digor, el niño druida.
Digor no solo estaba aprendiendo a conocer la naturaleza, y a hacer elixires con las plantas… no, su poder ya se extendía mucho más allá. Se estaba convirtiendo en auténtico protector de la naturaleza, y la naturaleza lo recompensaba de una forma muy especial: obedeciéndole. Y así fue como Digor intervino.
- Estate quieto – susurró uno de los chicos.
- ¿Qué dices? – preguntó otro.
- Quita tu brazo de mi espalda – le ordenó.
- Yo no tengo ahí tu brazo, quita el tuyo de la mía – le respondió.
- Pero si me estas tocando a mi – intervino un tercero.
- ¿Entonces quien es el que me está abrazando por detrás? – preguntó el cuarto – Ey… pero….¡es de madera! – exclamó, y los tres gritaron horrorizados.
Eran las ramas del árbol. Cada rama agarró a uno de los jóvenes y los levantó por los aires. Uno de ellos quedó boca-abajo. Los cuatro estaban aterrados y comenzaron a llorar temiendo por sus vidas.
Entonces Ivell deshizo el encantamiento, y los chicos recuperaron la vista. Vieron que al lado del árbol estaba Casiel, el ciego, Digor, y el gigante Granthys; pues Ivell decidió no mostrarse ante los chicos.
Los chicos comenzaron a suplicar que los soltaran, hicieron múltiples promesas de que no volverían a hacer algo como aquello, y pidieron perdón al invidente de mil formas distintas. El ciego les perdonó a cambió de que todos los días fueran a pasear un rato con él, para hacerle compañía, y los chicos aceptaron.
Aquella noche Casiel fue hasta la orilla de lago, y se sentó a contemplar la belleza de la luna. El hada Ivell acudió también y se sentó junto al joven.
- Ha salido bien - dijo Casiel.
- Si, tuviste una gran idea – dijo el hada. Casiel sonrió pero no añadió nada.
- ¡Qué bonita está hoy la luna! – exclamó Casiel mirando al hada. E Ivell apoyó una de sus manitas en la mano de su joven amigo.
Es fácil reírse de alguien que tiene un defecto, pero que difícil resulta ponerse en su lugar. Tal vez si se reflexionará un poquito, no se vería en ese defecto un motivo de mofa.
sábado, 1 de marzo de 2008
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27 comentarios:
Hola Mar, en mi blog dejé algo para tí.
Un abrazo
"Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación..."
Simpre das directo al corazon
ENCANTO, ERES ESO, UN ENCANTO
LLegue a tu Blog, por Silvia....lo encuentro muy bello, muy del alma....felicitaciones.
Saludos,
María José
Precioso cuento, otra historia de ese hada maravillosa que es Ivell, y muy bonitas ilustraciones (una la recordaba de otro post tuyo :)
Y como siempre, esa reflexión... ponernos en el lugar del otro. Besos.
Hola javier, que excelente relato, lleno de fantasía, encanto y sensibilidad.
Y las imágenes que acompañar el relato que puso mar, estas preciosas y acordes.
Me gustó la reflexión final.
Bss a los dos.
Si no le hiciéramos a otro lo que no nos gustara que nos hagan a nosotros, jamás tendríamos de que arrepentirnos.
Me retrotraes a mi niñez cuando publicas estos bellos y fantasiosos cuentos.
♥♥♥Besitos dulce mar♥♥♥
Un cuento lleno de fantasia. Me a gustado mucho. Saludos, abrazo y beso. Cuidate. Gracias por las estrellas.
Me has llevado de la mano de la fantasía otra vez a mi niñez (que por cierto: no está totalmente perdida, jaja)
gracias por este cuento y esta historia preciosa!
un abrazo!
mar el cuento es muy bonito que te deja un reflexcion es para pensar
¡¡NO PUDE ENTRAR en la primera colección íntegra en Javi nos cuenta!!
besitos
Es una historia más propia de mi planeta....
un abrazo.
Hola Eclipse...nuevamente disfrutando de tus palabras...en este caso con este maravilloso cuento reflexivo. Cuantas cosas cambiarían si cada uno nos pusieramos en el lugar del otro, no?
A veces me pregunto qué bueno sería este tipo de poderes para hacer reflexionar a mucha gente especialmente a aquellos que toman decisiones en un mundo cada vez más necesitado de gestos como el de los chicos al final del cuanro.
Un abrazo....
hermoso cuento si.
Besos Mar
Precioso cuento con reflexión final. Un beso.
Mais uma história da fada Yvel, e como as outyras que já nos deu, muito bonita e encerrando um belo ensinamento.
Uma boa semana Mar
Um abraço
E obrigada pelos mails.
Ahora mismo voy a visitar el blog de Javier. Por cierto ma ha sorprendido saber que las ilustraciones las has hecho tú, que bueno!! me has sorprendido.
Besitos dulce Mar
Bonita historia... las hadas y su magia....
Un beso. Marea@
Buenos dias preciosa. Una semana buena para ti tambien.
Besitos
Simpre das directo al corazon
ENCANTO, ERES ESO, UN ENCANTO.
TE LO ESCRIBI NADA MAS LEER EL CUENTO
Eso es lo que me inspiraste al leer tu cuento.
Te voy a ser sincera... Las letras en rojo, pase de ellas, me gui directamente a la historia.
Cual ha sido mi sorpresa ver que ha sido mi primo quien lo ha escrito.Creia que estaba sacado de algun cuento de Hadas.
OSTIIII, este Javi es una caja de sorpresas.
Muy bonitoo, de verdad.
Un beso muy fuerte
Mar,hermoso post...
besos♥
Un historia para aprender y enseñar con placer a los niños y adultos. Llena de lección.
El ser humano es temeroso, la burla es la forma de expresar ese miedo y alcanza su tope cuando se hace ofensiva. Invertir un minuto sólo un minuto y sentir como sería estar en los zapatos del otro. Respeto, tolerancia... algo muy difícil estos tiempo.
Gracias por las estrellitas.
Un beso amiga mía.
Exacto es muy facil reirse de los demas. Un beso y feliz semana.
Siempre lo seleccionado es motivo de reflexión, poco a poco enriquecemos el alma con tus post...dice el refrán: "no hagas lo que no te gustaría que te hicieran"
besos
Precioso, y las imágenes impresionantes. Un beso y adelante.
Ra
Un beso guapisima.
Precioso, muy muy bonito
Besotessssssssss
hoy quisiera se una hada, abrir mis halas y dejar que mi cabello vuelo con el viento, sentirme libre, volver a sentir mi escencia.... hoy quisiera se una hada!!!
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