martes, 7 de diciembre de 2010
Hay quienes:
... usan siempre la misma ropa,
... llevan amuletos,
... hacen promesas,
... imploran mirando al cielo,
... creen en supersticiones.
Otros:
... siguen corriendo aun cuando les tiemblan las piernas,
... siguen aunque se queden sin aire,
... siguen luchando cuando todo parece perdido,
... siguen como si cada vez fuera la ultima vez, convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren,
... pero no se quejan porque saben que:
... el dolor pasa,
... el sudor se seca,
... el cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
... La satisfacción de haberlo logrado
En sus cuerpos:
... hay la misma cantidad de músculos
... en sus venas corre la misma sangre
Lo que los hace diferentes
Es su espíritu
La determinación de alcanzar la cima
Una cima a la que no se llega superando a los demás sino superándose a uno mismo
Autor: desconocido.
Mar te dice al oído:
Cada uno se pone sus metas,
cada uno se marca su cima,
pero lo que cada uno tenemos
es la habilidad de alcanzarla o no...
sólo depende de nosotros.
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Directo al corazón
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3 comentarios:
Hoy me ha gustado especialmente el tema, y como lo expresas. Porque es la cruda realidad, hay que seguir adelante, siempre lo digo.
Un abrazo.
Que bueno debe ser poder llegar al fin de nuestros días estando a tono con este hermoso poema de Amado Nervo que recordé mientras leia tu ejemplar post.
Te lo dejo, espero te guste, creo que va de la mano con el tema.
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Besos.
Somos artífices de nuestro propio destino. Todo está en nosotros mismos.
Un beso para ti, bella Mar.
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