lunes, 15 de marzo de 2010
Había una vez una pata que había puesto cuatro huevos... Mientras los empollaba, un zorro atacó el nido y la mató. Por alguna razón no llegó a comerse los huevos antes de huir, pero estos quedaron abandonados en el nido. Una gallina clueca que pasó por allí, encontró el nido sin cuidados y su instinto la hizo sentarse sobre los huevos para empollarlos.
Poco después nacieron los patitos y, como era lógico, tomaron a la gallina como su madre y caminaron en fila tras ella. La gallina contenta con su nueva cría, los llevó hasta la granja. Todas las mañanas después del canto del gallo, mamá gallina rascaba el pico y los patos se esforzaban por imitarla. Cuando los patitos no conseguían arrancar de la tierra un mísero gusano, la mamá sacaba para todos sus polluelos, partía cada lombriz en pedazos y alimentaba a sus hijos en sus propios picos.
Un día, como otros, la gallina salió a pasear con su nidada por los alrededores de la granja. Sus pollitos, disciplinadamente, la seguían en fila. Pero de pronto, al llegar al lago, los patitos de un salto se zambulleron con naturalidad en la laguna, mientras la gallina cacareaba desesperada pidiéndoles que salieran del agua. Los patitos nadaban alegres chapoteando y su mamá saltaba y lloraba temiendo que se ahogaran. El gallo apareció atraído por los gritos de la madre y se percató de la situación.
- No se puede confiar en los jóvenes - fue su sentencia - son unos imprudentes.
Uno de los patitos que escuchó al gallo, se acercó a la orilla y les dijo: - No nos culpen a nosotros por sus propias limitaciones.
No pienses que la gallina estaba equivocada. No juzgues tampoco al gallo. No creas a los patos prepotentes y desafiantes. Ninguno de los personajes está equivocado, lo que sucede es que ven la realidad desde miradores distintos. El único error, casi siempre, es creer que el mirador en que estoy, es el único desde el cual se divisa la verdad.
Autor:desconocido
Mar te dice al oído:
No te crees capaz de hacer algo hasta que no lo intentas,
sino se intenta jamás sabrás si podrás conseguirlo.
La vida está llena de retos y obstáculos que cada uno
deberá vencer de la mejor forma posible, la meta está
en conseguirlos.
Etiquetas:
Directo al corazón
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
como decimos en mi tierra...si no cruzas el rio..si no te arriesgas a hacerlo..nunca sabras lo que hay en la otra orilla.
un abrazo Mar
Blue
El primer paso es creer en lo que te propones, el segundo lucharlo y si al final llegas, sólo a tí te debe importar.
Veo que siguen lloviendo hermosas estrellas por aquí... Un saludo, Mar.
Sin duda hay muchos puntos de vista sobre una misma cuestión. La idea es que uno tiene que seguir su propio camino más allá de que gente con distinta óptica no comparta las decisiones. Muy acertado el texto y muy importante la reflexión al oído.
uno siempre lleva ese instinto a flor de piel, pero parece tan dificil sambullirse en lo que dicta, hay que vencer ese miedo como bien dices..
un beso
Oscar
Publicar un comentario